domingo, 1 de marzo de 2015

Como nadie viene de visita, voy en bolas por mi casa

Conozco bastante gente que tiene blogs, sin ir más lejos yo colaboro en al menos dos más de diverso pelaje, y que los actualiza de manera más o menos habitual, y no, aquellos en los que yo colaboro no son ejemplos de esto último. Muchos de los bloggers se obsesionan con el tema de las visitas y los seguidores, llegando a hacer concursos, sorteos y mierdas virales con el objetivo de conseguir un mísero seguidor más, una gota más de celebridad en este mundo saturado ya de falsos ídolos. Es como una droga y siempre quieres más, nunca tienes suficiente: "oh genial, mi primer seguidor""Hombreeee, ya tengo una decena""A ver si llego a los cien""No, en serio, deseo llegar a los cien""Sígueme, sígueme, dale al más uno, dale al me gusta, oh sí, lo deseo..."

Desde aquí, proclamo orgulloso y seguro de mí mismo: NO TENGO NI UN PUTO SEGUIDOR. Ni falta que hace, cuanta menos gente que salvar, menos trabajo.

Toda esa gente, todos esos obsesos del seguimiento, esas attention whores, todos esos adictos por partes iguales al exhibicionismo y al voyeurismo no se dan cuenta de una cosa: no tener seguidores es lo mejor que puede pasarte.

Tal y como reza el título de esta entrada que nadie salvo yo tendrá la inmensa suerte de leer, si nadie viene de visita puedes ir siempre en bolas por tu casa, sin ni siquiera sacudirte la gotita de pis después de la actividad mingitoria. Eso es, un blog es una extensión de tu casa, algo que te pertenece y si nadie viene a dar por culo, mucho más tranquilo que vas estar.

Iffffffff  Aaaaaah (ruido de inspiración espiración), se respira tranquilidad en este blog. Sosiego, paz, nada de injerencias externas...

Así que, a modo de recordatorio, voy a hacer una lista de las ventajas que tiene no tener seguidores:
  1. Olvídate de la gestión de los comentarios: ¿Los tengo que aprobar?¿Los dejo libres?¿Les casco el captcha infernal? Tonterías, ¿para qué? No tienes un puto seguidor, nadie va comentar nada.
  2. Menos presión a la hora de publicar. Nadie, absolutamente nadie está esperando lo que tienes que decir. Es una genial cura de humildad.
  3. ¿Diseño del blog? Gilipolleces. 
  4. Te evitas que nadie te otorgue esos premios grimosos que inundaron la blogosfera hace un par de años o así. De acuerdo, parece que esa moda ya pasó. Pero esas mierdas son como la gripe aviar, siempre vivimos bajo su amenaza.
  5. Nadie va a decir que tu blog es una mierda. Nadie va a herir tu corazoncito.
  6. Puedes decir lo que quieras, nadie se va sentir ofendido.
  7. Nadie va a usar una entrada tuya para justificar la comisión de un delito. En serio, esto es importante. Ahora me molaría enlazar alguna noticia de algún medio de difusión nacional en la que alguien hubiese justificado algún escabroso homicidio amparándose en las directrices leídas en una entrada de un terrible blog. Pero eso es algo que se haría en uno de esos blogs serios, esos que quieren tener seguidores. 
  8. Te da exclusividad: eres el único que disfruta de tu propia genialidad.
Seguramente podría dar un puñado de razones más, pero ¿para qué? Que gusto, joder.


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