viernes, 13 de noviembre de 2015
Decálogo del antiblog
1. Nadie comenta en el antiblog
2. Nadie se convierte en seguidor del antiblog
3. Nadie coloca al antiblog en sus marcadores
4. Nadie añade al antiblog a su lector de feeds RSS
5. Nadie enlaza al antiblog
6. Nadie comparte contenido del antiblog
7. Nadie escribe sobre el antiblog
8. Nadie confirma ni desmiente la existencia del antiblog
9. Nadie trata de ponerse en contacto con el creador del antiblog
sábado, 7 de marzo de 2015
Y más pruebas del blog
La larva sigue sin eclosionar, afortunadamente la medicación prescrita por el médico para ese fin surte efecto. En el momento en que eso ocurriese la larva se alimentaría de todos los recuerdos generados en torno al delirio. Eso no sería un problema si con ello no se tuviera que comer parte de mi cerebro. Pero ese es el ciclo, una vez ahíto de locuras y sinsentidos, el gusano forma un capullo y al cabo de un tiempo, de una boca abierta en un último estertor surge una nueva y letal a la vez que bella mariposa primadestrana.
Es por ello que a veces imagino lo siguiente que voy a contar. Ruego que si alguien se sintiese ofendido (no creo, tal y como dije en mi segunda entrada) me disculpe con los perdones que se conceden a los enfermos o a los locos.
Imagino una de esas jornadas roleras multitudinarias tipo TdN o LES. Y lejos de verlas como un lugar de ocio sano y con un ambiente inmejorable las contemplo teñidas de rojo, un baño de sangre.
Rolero 1: "Hola, ¿qué tal? Me he inscrito en esta partida. Espero que nos lo pasemos bien".
Rolero 2: Oh, ¡claro que sí! ¿Conoces el juego? Vamos a jugar la partida introductoria de la caja.
Rolero 1: Sí bueno, lo conozco. Lo reseñé en mi blog. En principio no es exactamente del tipo de juego que me gustan, pero quiero probarlo. Jejeje, no está bien criticar algo que ni siquiera he probado en mesa.
Rolero 2: Ah, ¿tienes un blog y reseñas juegos? ¿Dices que fuiste crítico con este juego?
Rolero 1: Bueno básicamente dije queera una puta mierdahabía puntos que no me convencían.
Rolero 2: ¿Cómo? ¿¿Una puta mierda?? ¿Acaso ignoras que te estás dirigiendo al Autor de tan excelso juego?
Rolero 1:Un momento, yo no he dicho eso, he dicho que dije que no me convencía.
Rolero 2: ¿¿Vienes a mi casa y me insultas doblemente?? ¿Dices que soy un culo mierdoso y me tratas de loco? ¿Crees que no he visto como burdamente has editado tu anterior intervención en este diálogo? ¡¡Oh, dioses, oh hacha de color magenta, esta afrenta solo podrá lavarse con sangre!!
También imagino otra escena.
Rolero 3: ¿Qué tal gente? Mi nombre es Rolero Tercero aunque todo el mundo en el mundillo rolesferil me conoce como "Spermgamer".
En ese momento se hace el silencio en la sala y las gentes (a un lado de tus gentes y de las mías) se desplaza a ambos lados como aguas separadas por Moisés, dejando un pasillo entre Spermgamer y otro rolero al otro extremo.
Rolero 4: ¿Eres Spermgamer?¿Del blog "Cuitas y coitos de Spermgamer, todo ocurre en mi imaginación"?
Spermgamer: El mismo que viste y calza.
T-Rol: ¿Ah sí? ¿El mismo Spermgamer que dijo que el BRP es mierda? ¿Qué solo los tarados seguían pensando en percentiles? ¿¿Que el dado de 10 caras es feo de cojones?? ¡Al fin te he encontrado! (a pesar de tener un 35% en buscar y un malus del 10%) ¡Conjuré mi vida a encontrarte y destruirte! ¡¡YO SOY T-ROL!!
Spermgamer: Cómememe la polla tarado.
T-Rol: Vas a tragarte mi bolsa de dados de 10 y vas a cagar poliedros lo que te queda de tu miserable vida.
A partir de este punto solo hay sangre y vísceras saltando por los aires.
Mientras tanto, en una esquina, sentado en una silla y en un arrebato de pena desgarrador, el pobre Astarté, de nombre Rolero Quinto, clama al cielo, a un dios sordo que no escucha: "¿Acaso no éramos una comunidad?".
domingo, 1 de marzo de 2015
Como nadie viene de visita, voy en bolas por mi casa
Conozco bastante gente que tiene blogs, sin ir más lejos yo colaboro en al menos dos más de diverso pelaje, y que los actualiza de manera más o menos habitual, y no, aquellos en los que yo colaboro no son ejemplos de esto último. Muchos de los bloggers se obsesionan con el tema de las visitas y los seguidores, llegando a hacer concursos, sorteos y mierdas virales con el objetivo de conseguir un mísero seguidor más, una gota más de celebridad en este mundo saturado ya de falsos ídolos. Es como una droga y siempre quieres más, nunca tienes suficiente: "oh genial, mi primer seguidor""Hombreeee, ya tengo una decena""A ver si llego a los cien""No, en serio, deseo llegar a los cien""Sígueme, sígueme, dale al más uno, dale al me gusta, oh sí, lo deseo..."
Desde aquí, proclamo orgulloso y seguro de mí mismo: NO TENGO NI UN PUTO SEGUIDOR. Ni falta que hace, cuanta menos gente que salvar, menos trabajo.
Toda esa gente, todos esos obsesos del seguimiento, esas attention whores, todos esos adictos por partes iguales al exhibicionismo y al voyeurismo no se dan cuenta de una cosa: no tener seguidores es lo mejor que puede pasarte.
Tal y como reza el título de esta entrada que nadie salvo yo tendrá la inmensa suerte de leer, si nadie viene de visita puedes ir siempre en bolas por tu casa, sin ni siquiera sacudirte la gotita de pis después de la actividad mingitoria. Eso es, un blog es una extensión de tu casa, algo que te pertenece y si nadie viene a dar por culo, mucho más tranquilo que vas estar.
Iffffffff Aaaaaah (ruido de inspiración espiración), se respira tranquilidad en este blog. Sosiego, paz, nada de injerencias externas...
Así que, a modo de recordatorio, voy a hacer una lista de las ventajas que tiene no tener seguidores:
Desde aquí, proclamo orgulloso y seguro de mí mismo: NO TENGO NI UN PUTO SEGUIDOR. Ni falta que hace, cuanta menos gente que salvar, menos trabajo.
Toda esa gente, todos esos obsesos del seguimiento, esas attention whores, todos esos adictos por partes iguales al exhibicionismo y al voyeurismo no se dan cuenta de una cosa: no tener seguidores es lo mejor que puede pasarte.
Tal y como reza el título de esta entrada que nadie salvo yo tendrá la inmensa suerte de leer, si nadie viene de visita puedes ir siempre en bolas por tu casa, sin ni siquiera sacudirte la gotita de pis después de la actividad mingitoria. Eso es, un blog es una extensión de tu casa, algo que te pertenece y si nadie viene a dar por culo, mucho más tranquilo que vas estar.
Iffffffff Aaaaaah (ruido de inspiración espiración), se respira tranquilidad en este blog. Sosiego, paz, nada de injerencias externas...
Así que, a modo de recordatorio, voy a hacer una lista de las ventajas que tiene no tener seguidores:
- Olvídate de la gestión de los comentarios: ¿Los tengo que aprobar?¿Los dejo libres?¿Les casco el captcha infernal? Tonterías, ¿para qué? No tienes un puto seguidor, nadie va comentar nada.
- Menos presión a la hora de publicar. Nadie, absolutamente nadie está esperando lo que tienes que decir. Es una genial cura de humildad.
- ¿Diseño del blog? Gilipolleces.
- Te evitas que nadie te otorgue esos premios grimosos que inundaron la blogosfera hace un par de años o así. De acuerdo, parece que esa moda ya pasó. Pero esas mierdas son como la gripe aviar, siempre vivimos bajo su amenaza.
- Nadie va a decir que tu blog es una mierda. Nadie va a herir tu corazoncito.
- Puedes decir lo que quieras, nadie se va sentir ofendido.
- Nadie va a usar una entrada tuya para justificar la comisión de un delito. En serio, esto es importante. Ahora me molaría enlazar alguna noticia de algún medio de difusión nacional en la que alguien hubiese justificado algún escabroso homicidio amparándose en las directrices leídas en una entrada de un terrible blog. Pero eso es algo que se haría en uno de esos blogs serios, esos que quieren tener seguidores.
- Te da exclusividad: eres el único que disfruta de tu propia genialidad.
Seguramente podría dar un puñado de razones más, pero ¿para qué? Que gusto, joder.
domingo, 15 de febrero de 2015
Declaración de intenciones
Ayer Gary Gygax se me volvió a aparecer en sueños. Y digo bien "volvió", porque con esta han sido tres veces las que Gygax ha tenido a bien visitarme. Oh, claro que sé que está muerto, supongo que si no lo estuviese habría tenido la decencia de hacerme una visita como dios manda. Con su necesaria pompa y boato, precedida de una petición de audiencia formal, seguida de una confirmación oficial por mi parte para después, entre ambas partes, tratar de consensuar un momento en nuestras apretadas agendas y así compartir una agradable velada. Sí, esa es la manera en que me suelo relacionar con mis semejantes. Es lo que tiene vivir en Primadestra, las cosas tienen que hacerse de la manera correcta o quizá te des cuenta de que por ciertos caprichos de la lógica no pueden hacerse. Es una pena.
Pues bien, tal y como he dicho, disculpénme mi primera disgresión, el bueno de Gygax se me ha aparecido en sueños. Y esta vez ha sido distinto de las dos primeras veces. De hecho si no lo hubiese sido mi paciencia habría alcanzado su límite y directamente me habría despertado dejándole ahí colgado, rodeado de inundaciones de tamaño bíblico y de lavabos llenos de dientes ensangrentados recién escupidos. La habilidad de dominar un sueño lúcido se da en las dos direcciones, te permite permanecer en el sueño siendo consciente de su naturaleza pero también te permite terminarlo a voluntad. Esta vez ha sido distinto, esta vez Gary, tenía un mensaje.
La primera vez que Gary me visitó empezó bien pero acabo de una manera decepcionante. El señor Gygax medía ago así como unos diez metros de alto y portaba un barreño de agua enorme. Yo me quedaba extasiado ante semejante visión: su tremenda silueta oscurecía el sol que yo tan ricamente tomaba instantes atrás en la agradable campiña en la que me encontraba. ¿Qué sería lo que contenía semejante barreño? Era intrigante y emocionante al mismo tiempo.
El gigantesco creador de D&D se acuclillaba en frente de mí y, cosas de los sueños, después de que se postrase nos trasladábamos de manera instantánea a la cocina de la antigua casa de mi abuela paterna. Sin un mísero fundido en negro, nada, como si siempre hubiésemos estado en ese lugar. Allí un Gygax ya de un tamaño normal sentado en una silla en frente de mí, mostraba el contenido del barreño que reposaba en la mesa que nos separaba. Un pato de goma amarillo. Había un pato de goma que Gygax mecía con el dedo mientras canturreaba entre susurros: "Galopa patito cuatralbo, jinete del pueblo que la tierra es tuya".
El segundo sueño fue de índole bien distinta. En esta ocasión el señor Gygax no era sino un intruso, un mirón. Era uno de esos sueños en los que rememoras nostálgico algo que nunca llegó a ocurrir. Que pudo haber ocurrido pero que no fue así. Saudade. Allí estaba yo, en la entrada de la escuela de ingenieros navales de Primadestra con la muchacha que fue depositaria de mis afectos durante tanto tanto tiempo, manteniendo esa conversación que nunca tuvimos sin que mediara el alcohol de por medio. Y Gary mirando burlón, con una sonrisa mal disimulada que tapaba con su mano. Sacudiendo la cabeza, entre avergonzado y condescendiente.
Esas fueron las dos primeras veces y a continuación sin más demora ni ambages me dispongo a relatar lo que ocurrió ayer por la noche mientras dormía plácidamente a lado de mi novia. No sé por dónde empezar así que lo haré por el principio. Resulta que aquella descarga de 900 voltios de continua que me quemó la mano y me dejó sordo había conseguido acabar conmigo. Estaba muerto, no asustado y confundido como ocurrió realmente, sino muerto, abrasado, muerto por la propia eletrólisis de mi sangre.
El sueño comenzaba con la primera de mis experiencias post mortem. Estaba siendo juzgado y el juez no era otro que Gygax. En la segunda planta de los juzgados de la calle "Quien como Dios" en Primadestra, en la misma mesa donde hace unos meses empecé el expediente de matrimonio civil con mi novia. Allí estaba Gary, con el rostro severo, en lugar de aquella funcionaria tan amable que nos atendió. Y, por fin, contra todo pronóstico Gary me habló, a mí.
Ahora tengo una misión, mi querido y seguramente único lector, encomendada por el mismísimo Gary Gygax. Yo digo lo que es rol y estoy aquí para conducirte por el buen camino. Abandona falsos ídolos. Los demás no tiene ni puta idea, y tú tampoco, yo sí.
Pues bien, tal y como he dicho, disculpénme mi primera disgresión, el bueno de Gygax se me ha aparecido en sueños. Y esta vez ha sido distinto de las dos primeras veces. De hecho si no lo hubiese sido mi paciencia habría alcanzado su límite y directamente me habría despertado dejándole ahí colgado, rodeado de inundaciones de tamaño bíblico y de lavabos llenos de dientes ensangrentados recién escupidos. La habilidad de dominar un sueño lúcido se da en las dos direcciones, te permite permanecer en el sueño siendo consciente de su naturaleza pero también te permite terminarlo a voluntad. Esta vez ha sido distinto, esta vez Gary, tenía un mensaje.
La primera vez que Gary me visitó empezó bien pero acabo de una manera decepcionante. El señor Gygax medía ago así como unos diez metros de alto y portaba un barreño de agua enorme. Yo me quedaba extasiado ante semejante visión: su tremenda silueta oscurecía el sol que yo tan ricamente tomaba instantes atrás en la agradable campiña en la que me encontraba. ¿Qué sería lo que contenía semejante barreño? Era intrigante y emocionante al mismo tiempo.
El gigantesco creador de D&D se acuclillaba en frente de mí y, cosas de los sueños, después de que se postrase nos trasladábamos de manera instantánea a la cocina de la antigua casa de mi abuela paterna. Sin un mísero fundido en negro, nada, como si siempre hubiésemos estado en ese lugar. Allí un Gygax ya de un tamaño normal sentado en una silla en frente de mí, mostraba el contenido del barreño que reposaba en la mesa que nos separaba. Un pato de goma amarillo. Había un pato de goma que Gygax mecía con el dedo mientras canturreaba entre susurros: "Galopa patito cuatralbo, jinete del pueblo que la tierra es tuya".
El segundo sueño fue de índole bien distinta. En esta ocasión el señor Gygax no era sino un intruso, un mirón. Era uno de esos sueños en los que rememoras nostálgico algo que nunca llegó a ocurrir. Que pudo haber ocurrido pero que no fue así. Saudade. Allí estaba yo, en la entrada de la escuela de ingenieros navales de Primadestra con la muchacha que fue depositaria de mis afectos durante tanto tanto tiempo, manteniendo esa conversación que nunca tuvimos sin que mediara el alcohol de por medio. Y Gary mirando burlón, con una sonrisa mal disimulada que tapaba con su mano. Sacudiendo la cabeza, entre avergonzado y condescendiente.
Esas fueron las dos primeras veces y a continuación sin más demora ni ambages me dispongo a relatar lo que ocurrió ayer por la noche mientras dormía plácidamente a lado de mi novia. No sé por dónde empezar así que lo haré por el principio. Resulta que aquella descarga de 900 voltios de continua que me quemó la mano y me dejó sordo había conseguido acabar conmigo. Estaba muerto, no asustado y confundido como ocurrió realmente, sino muerto, abrasado, muerto por la propia eletrólisis de mi sangre.
El sueño comenzaba con la primera de mis experiencias post mortem. Estaba siendo juzgado y el juez no era otro que Gygax. En la segunda planta de los juzgados de la calle "Quien como Dios" en Primadestra, en la misma mesa donde hace unos meses empecé el expediente de matrimonio civil con mi novia. Allí estaba Gary, con el rostro severo, en lugar de aquella funcionaria tan amable que nos atendió. Y, por fin, contra todo pronóstico Gary me habló, a mí.
Gary: "No puedes morir, tienes una misión".
Yo: ¿Perdón?
Gary: "No puedes morir, tienes que salvar el ROL"
Yo: "Oh gran Gygax, ¿acaso soy digno para semejante tarea?¿Por qué de entre todos los roleros de pro tus designios me han escogido a mí? Soy un pecador, si incluso regalé mi juego de D&D de la caja de Borrás..."
Gary (visiblemente molesto): "Te jodes, te he elegido a ti, salva el rol o muere"
Yo: Las opciones no acabo de entenderlas...¿si elijo salvar el rol no muero? ¿Pero y si no consigo salvarlo?¿muero con carácter retroactivo?¿Y si lo salvo poco a poco, contemporizando, china chana, podría vivir para siempre?
Tras una ardúa negociación Gary y Yo llegan a un acuerdo.
Yo: De acuerdo, de acuerdo salvaré al ROL. ¿Pero cómo?
Gary: Te he otorgado el poder de la rolmnisciencia. Lo que tu digas que es el rol, será el rol. Lo que tú digas que no es rol, no será. Guía a esas ovejas descarriadas que inundan las redes con blasfemias y sandeces. Guía al rebaño, usa las redes. Haz OTRO BLOG DE ROL MÁS.
Yo: Pero Gran Gygax ¿Acaso hay lugar para mí en la Rolosfera?¿Cómo encontraré mi audiencia entre monarcas exigentes?¿cómo acallaré con mi voz los cantos que entonan bellas muchachas de voz angelical?¿Por qué habrán de seguirme a mí en lugar de a maestros, caciques, exploradores, aventureros, padres, maridos y frikis de diverso pelaje y diversa calva?
Gary:Ni puta idea, date por contento si consigues un solo seguidor.
Yo: Pero...¡tendré la rolmnisciencia! Eso debe de contar a mi favor ¿verdad?.
Gary: Galopa patito cuatralbo, jinete del pueblo que la tierra es tuya...
Ahora tengo una misión, mi querido y seguramente único lector, encomendada por el mismísimo Gary Gygax. Yo digo lo que es rol y estoy aquí para conducirte por el buen camino. Abandona falsos ídolos. Los demás no tiene ni puta idea, y tú tampoco, yo sí.
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